Centauro descamisado

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Daniel Santoro

jueves, 1 de diciembre de 2016

2016 Año del Señor en que el voto electrónico (BUE) pasó al olvido en la Argentina



10 RAZONES PARA OPONERNOS A LA APLICACIÓN DEL SISTEMA DE VOTO ELECTRONICO B.U.E.

1- No elimina la “lista sabana”,
sino que la potencia. A) Porque la forma de votar con la BUE, solo presenta en la pantalla de la máquina los tres primeros candidatos de la lista.
B) Porque por limitaciones técnicas o fastidio, el sistema induce a resolver rápidamente el voto por boleta completa.
C) La llamada “lista sabana” da cuenta del juego de pesos y contrapesos en la representación política territorial de la vida interna de los partidos políticos, instituciones primarias de la democracia Argentina, según nuestra Constitución Nacional. A partir de la aplicación de la BUE, esta movilidad interna se ve condicionada a la decisión vertical de los tres primeros candidatos “mediáticos” o “carismáticos” condicionando a resto a ocupar los lugares que estos deseen.

2- Más “rápido” pero más inseguro. La seguridad de la intangibilidad del voto, la garantía del secreto, la universalidad en el acceso (Art. 37 C.N.) y la comprensión técnica del acto electoral se ponen en peligro para poner el acento en la rapidez para obtener los resultados de los comicios.

3- El sistema electrónico no es más “transparente” y no elimina el clientelismo político, contrariamente, lo perfecciona.
La supuesta “transparencia” del sistema electrónico también hace agua cuando vemos que a partir de una aplicación con un celular un “cacique” político puede controlar el voto a cambio de alguna dádiva (en You Tube: Javier Smaldone, Demostración del "puntero digital" en el plenario de la Cámara de Diputados) y cuando el escrutinio electrónico depende de técnicos ultra especializados que deberían revisar las maquinas antes y después de la votación. No permite a ciudadano común escrutar fácilmente son un mínimo de preparación educativa básica, hoy para comprobar una elección solo hace falta saber contar, leer y escribir, con el nuevo sistema esto no será así.

4- El sistema de voto electrónico es vulnerable. En las pasadas elecciones en la Ciudad de Buenos Aires el Gobierno de la Ciudad inicio un proceso judicial al joven especialista en redes Joaquín Sorianelo, que duró un año, llegando a incautarle todas las computadoras con que trabajaba por demostrar públicamente como se podía hakear una maquina de votación. Esto también ya se ha demostrado en otros países como Irlanda o en las elecciones en la Florida que dieron ganador a Bush por fraude, o en la Alemania donde se votaba electrónicamente y se declaró inconstitucional.

5- Visto desde un enfoque político:
1- Acota la selección de candidatos y la representación política a élites cada vez más concentradas.
2- Reduce la vida partidaria y las vinculaciones de los partidos políticos con los entramados sociales.
3- Circunscribe el acto electoral a grupos de “entendidos”, y la fiscalización, a saberes de alta complejidad científica, teniendo como consecuencia el alejamiento del pueblo y la comunidad del acto de formación, selección y elección de nuestros representantes y gobernantes.

6- Desde un enfoque sociológico: 1- La aplicación de la BUE se basa en el presupuesto que las tecnológicas son accesibles a todos por igual, sin contemplar las diferencias económicas, culturales, la diversidad de discursos y significantes sociales que se encuentra en la compleja trama social de la Nación.
2- No distingue los diferentes grados de socialización con las nuevas tecnologías que pueden presentar los colectivos etarios, étnicos y sociales, más allá de lo “amigable” que puede ser o no una máquina para tales fines, como sostienen los defensores del voto electrónico.

7- Desde un enfoque filosófico: 1- Expropia a los colectivos políticos la posibilidad corporal y participativa de las acciones de construcción y materialización del poder político.
2- Excluye a los ciudadanos de la capacidad de realizar con potencia y voluntad el pacto social entre la sociedad civil y el Estado.
3- Tal modo del ejercicio ciudadano, provocaría una desmaterialización del acto eleccionario, el que quedaría atrapado en dispositivos de la información y en formas alienadas del consumo, el mercadeo y la cultura de lo instantáneo.

8- Se intenta suplantar algo que ha resultado efectivo, sencillo y barato como lo es el actual modo de sufragio mediante boletas impresas, con fiscalización de los partidos políticos, autoridades de mesa provenientes de la sociedad civil y del Estado (antes y después de la jornada electoral) y ecológicamente reciclable.

9- El sistema BUE es igual o más sensible a las inclemencias de los elementos que las boletas de papel. El argumento que sostiene que con las maquinas de votar nadie podría ya quemar las urnas, como en las elecciones del 2003 en provincia de Catamarca, es ridículo. Se ha demostrado que el chip de la BUE es sumamente vulnerable a los impulsos electromagnéticos y las boletas en papel impresas son tan combustibles como las tradicionales.

10- El sistema de voto electrónico de BUE es exponencialmente más caro y de complejo resguardo de los insumos una vez pasada la elección.
A- Según cálculos de la Lic. Beatriz Busaniche, presidenta de la Fundación Vía Libre, el costo de la elección del 2017 podría superar los mil millones de pesos contra los 398 millones de pesos que pagó el Estado Nacional en 20015.
B- Algún funcionario del Ministerio de Modernización dejó correr la versión que luego de las elecciones las “pantallas” electorales podrían usarse en “hospitales o lugares donde se necesiten”, suponemos salas de espera y colas de los hospitales públicos. Evidentemente, estos funcionarios, además de desconocer el estado de los hospitales públicos, desconocen el deterioro que padecen los elementos tecnológicos sensibles.
C- Esto desprende dos preguntas: Primera, ¿Podemos confiar en una maquina de votar que estuvo usándose dos o cuatro años en una sala de espera?, la otra, ¿O, vamos a comprar para cada elección maquinas nuevas?



“Proclama de las Universidades Nacionales, Facultades, Cátedras y Claustros, Contra el Voto Electrónico en Defensa de Voto Universal, Secreto y Obligatorio”

A partir del anuncio que realizara el Presidente de la Nación, Mauricio Macri, el 23 de Junio de este año, se inició un proceso que culminaría en las próximas semanas con la media sanción en la comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara de Diputados del proyecto de “Ley de Reforma Electoral” , que a la fecha, revela sus notables rasgos de apresuramiento, casi nulo debate previo, y que se ha ido desgranando para solo mantener como ariete de la tan mentada “reforma”, al denominado “Sistema de Boleta Única Electrónica” o también llamado por especialistas “voto electrónico”.
Según el diario La Nación de aquella fecha el “el sistema de boleta única electrónica (BUE) será estrenado en las elecciones legislativas de 2017 y el Gobierno tiene previsto desarrollar un sistema propio, con software y hardware, para no tener que licitarlo a terceros contratistas”. También señala el matutino que “será similar al sistema utilizado en las elecciones porteñas de 2015, provisto por la empresa MSA, con un dispositivo de pantalla que a su vez imprime una boleta y registra el voto en forma digital”.
El nuevo proyecto de Reforma Electoral en lo que atañe a la forma de votación, intenta suplantar algo que ha resultado efectivo y sencillo, como lo es el actual modo de sufragio mediante boletas impresas, con fiscalización de los partidos políticos, autoridades de mesa provenientes de la sociedad civil y del Estado (antes y después de la jornada electoral).
La “rapidez y transparencia” para obtener los resultados de los comicios, que se acusa como principal argumento a la hora de hacer campaña a favor de la reforma electoral propuesta por el Poder Ejecutivo, deja de lado y sin debatir cuestiones fundamentales del ejercicio de la votación. El nuevo sistema que requeriría de un enorme gasto del Estado nacional para la compra de las máquinas de votar, una sumatoria de ingenieros en sistemas electrónicos, técnicos y especialistas que garanticen el correcto funcionamiento de las máquinas, antes y después del escrutinio; haciendo complejo y costoso lo que hasta ahora fue fácil, relativamente barato, ecológicamente reciclable, y sobre todo, ¡seguro!; porque es fácilmente auditable por cualquier ciudadano o elector, eje central de todo debate que realmente se pretenda pertinente y democrático.
La vulnerabilidad de los sistemas de voto electrónico fue denunciada por diversos especialistas. La Presidenta de la Fundación Vía Libre, Beatriz Busaniche, señala los problemas que ha presentado el uso voto electrónico en otros países: “desde el punto de vista jurídico, y con el sostén de la imposibilidad técnica como respaldo, algunos países entendieron que no es posible implementar sistemas de votación mediados por computadoras sin vulnerar derechos políticos y constitucionales. Tal es la tendencia, fijada por el fallo del Supremo Tribunal Constitucional de Alemania, que se basa en dos axiomas que Argentina debería considerar: 1) El principio de la naturaleza pública de la elección requiere que todos los pasos esenciales de la elección estén sometidos a la verificación por parte del público, siempre y cuando no haya otros aspectos constitucionales que justifiquen una excepción. 2) Cuando se utilizan aparatos electrónicos de votación, los pasos esenciales de la gestión electoral y de la determinación del resultado deben ser pasibles de ser comprobados por el ciudadano de manera confiable y sin conocimientos técnicos especiales. La reforma propuesta por el PEN estipula que las autoridades de mesa, a quienes sólo exige saber leer, escribir y aritmética básica, deben revisar el normal funcionamiento de los equipos durante la jornada electoral. No hay forma seria de hacer esto sin una auditoría ni capacidad técnica. La propuesta de informatizar las 95 mil mesas de todo el país para 2017 es un salto al vacío, ya que ni siquiera se han planteado los fundamentos desde los cuales se va a auditar la enorme cantidad de equipos que se deben adquirir para tal iniciativa. La falta de un diagnóstico nos lleva a una reforma irresponsable” (en Clarín.com del 9 del Septiembre del corriente).
Por demás, las experiencias locales de elecciones con voto electrónico tampoco demostraron que fueron más rápidas que las de boleta impresa, ni fueron más seguras ni eficientes en la manipulación de insumos electorales, presentando variados problemas en lo que hace la transparencia de los resultados finales. Busaniche subraya que en algunas provincias, gracias al sistema tradicional que se aplicó en paralelo, se resguardó el escrutinio: “la gran mayoría de los inconvenientes se solucionan con boleta única en papel tal como se usa en Córdoba y Santa Fe”.
También cabe mencionar las causas judiciales abiertas por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ante la crítica y la demostración de la fragilidad y vulnerabilidad del sistema implementado, tal fue el caso del joven especialista en redes electrónicas, Joaquín Sorianello, quién sufriera un proceso judicial que duró más de un año, previo allanamiento de su casa, en julio del 2015.
Para nosotros, representantes de las Universidades Nacionales, Facultades, Cátedras y Claustros universitarios, pero sobre todo ciudadanos de la Nación de la República Argentina, el proyecto de “Ley de Reforma Electoral” en lo que respecta a la implementación del voto electrónico, presenta una gravedad sumamente preocupante, no solo observable por las dificultades técnicas y tecnológicas que acarrea su implementación, sino también porque elude un gran debate previo que atienda las dimensiones políticas, sociológicas y filosóficas que comprenden al acto máximo en el que se vuelven concretas nuestras formas republicanas, democráticas y federales, así como, los derechos y garantías constitucionales: la votación.

Nos oponemos a la implementación del voto electrónico desde un enfoque político: Porque acota la selección de candidatos y la representación política a élites cada vez más concentradas, reduce la vida partidaria y las vinculaciones de los partidos políticos con los entramados sociales. Circunscribe el acto electoral a grupos de “entendidos”, y la fiscalización a saberes de alta complejidad científica, teniendo como consecuencia el alejamiento del pueblo y la comunidad del acto de formación, selección y elección de nuestros representantes y gobernantes.
Nos oponemos a la implementación del voto electrónico desde un enfoque sociológico: Porque se basa en el presupuesto que las tecnológicas son accesibles a todos por igual, sin contemplar las diferencias económicas, culturales, la diversidad de discursos y significantes sociales que se encuentra en la compleja trama social de la Nación y los diferentes grados de socialización con esas tecnologías que pueden presentar los colectivos etarios, étnicos y sociales, más allá de lo “amigable” que puede ser o no una máquina para tales fines, como sostienen los defensores del voto electrónico.
Nos oponemos a la implementación del voto electrónico desde un enfoque filosófico: Porque expropia a los colectivos políticos la posibilidad corporal y participativa de las acciones de construcción y materialización del poder político, y excluye a los ciudadanos de la capacidad de realizar con potencia y voluntad el pacto social entre la sociedad civil y el Estado. Tal modo del ejercicio ciudadano, provocaría una desmaterialización del acto eleccionario, el que quedaría atrapado en dispositivos de la información y en formas alienadas del consumo, el mercadeo y la cultura de lo instantáneo.
Por todo lo antes expuesto, parafraseando a los pensadores de la Reforma Universitaria de 1918, para no sumar una vergüenza más y una libertad menos, desde todos los puntos cardinales del país nos proclamamos contra la implantación del denominado “sistema de boleta única electrónica” (también llamado por especialistas “voto electrónico”) contemplada en el proyecto de “Reforma electoral”.